Michel de Montaigne: Diario de viaje a italia por suiza y por alemania (1580-1581)
Para viajar no basta con moverse entre ciudades o países. Más que una actividad física regida por nuestros medios de transporte, el viaje es una disposición ante el mundo. Le decimos viaje porque resulta más engorroso llamarle por su verdadero y más largo nombre: “el interés por lo distinto”. Por eso –porque es, mejor dicho, una actitud hacia la vida– podemos viajar a pie o en tren, así como también logramos hacerlo mediante los libros o simplemente con el pensamiento. Basta con una sola cosa: la renuncia a nuestro entorno para zambullirnos de lleno, sin miedo ni amarras, en otro que nos espera. Las páginas de este diario íntimo –es decir, no escrito ni pensado para su publicación– pertenecen a quien, en mi opinión, es el viajero de viajeros porque puso en práctica el oficio del periplo en todas sus vertientes posibles...
Laura Sofía Rivero, "La búsqueda y el asombro". (Fragmento del prólogo de la segunda edición)